Los accidentes domésticos pueden ocurrir a cualquier edad, desde la infancia a la tercera edad. En esta última, diversos factores influyen, en parte a condiciones físicas propias de esa etapa de la vida, tales como la debilidad muscular, así como la deficiencia en el equilibrio, la vista y el oído.
Como en todo accidente, la mayoría podrían ser evitados. Hay casos, por ejemplo, de adultos mayores que tienen problemas de sueño asociados a insomnio o problemas de incontinencia urinaria, que los hace levantarse por las noches, desorientados, lo que puede provocar caídas.
Algunas de las fracturas más graves que se presentan es la de la cadera, ya que supone un punto de inflexión en la capacidad funcional y vital del paciente que la sufre. En la mayoría de los casos, requieren un tratamiento quirúrgico para poder hacer una movilización precoz, que evite quedarse en la cama, que en el caso de un adulto mayor supondría un declive en su salud.
Otra de las fracturas frecuentes es la lesión en muñecas, provocadas cuando por inercia la persona coloca sus manos en el suelo para evitar caer con fuerza.
Por todas estas consecuencias, existen precauciones que puede adoptar el adulto mayor en el hogar, como usar zapatos cómodos, de suela de goma antideslizante y tacón bajo. Si tiene dificultades de movilidad, puede ser aconsejable el uso de bastones o de andadores.
Otras medidas pueden ser procurar que los útiles de uso diario estén al alcance de la mano sin necesidad de subirse a sillas o escaleras; instalar un interruptor de la luz a la cabecera de la cama de modo que el acceso a éste sea fácil antes de pararse; levantarse de la cama sin movimientos bruscos, permaneciendo unos minutos sentado en el borde de la misma antes de incorporarse por completo; así como procurar sentarse y evitar desplazarse cuando se sienta mareado o flojo
Algunas de las recomendaciones es la de evitar los pisos resbaladizos, colocar debajo de las alfombras una base antideslizante y procurar que sus bordes no queden levantados; no dejar en el suelo objetos con los que se pueda tropezar, en el cuarto de baño, colocar agarraderas que ayuden a sostenerse en el inodoro y en la bañera; además de iluminar adecuadamente las habitaciones, los pasillos y las escaleras.
Ante un accidente casero, ya sea por caídas, golpes, quemaduras, heridas, intoxicaciones, entre otro tipo de lesiones, una adecuada información que le ayude a descubrir los posibles peligros, una buena estructuración del hogar y una organización correcta del trabajo en casa son pautas a seguir para prevenir aquellos percances domésticos que, en numerosas ocasiones, pueden ser mortales.
Cuando el accidente se ha producido, se recomienda primero mantener la calma, luego actuar con rapidez y saber lo que es correcto puede ser vital y reducir las consecuencias.
Un botiquín de urgencias, en un lugar accesible y seguro, alejado de los niños, puede ser de gran utilidad en los primeros momentos. Los teléfonos de emergencia deben estar colocados en lugar visible que incluya centro de salud, urgencias, policía, bomberos y ambulancias.