El paso del tiempo es inclemente y hace que nuestros órganos pierdan su vitalidad. La piel no es la excepción, es donde resultan más notorias las arrugas y la piel flácida.
La piel contiene receptores nerviosos que permiten percibir el tacto, el dolor y la presión, ayuda a controlar la temperatura corporal, el equilibrio de líquidos y de electrolitos. Te protege del medioambiente.
Con el paso de los años, la epidermis se adelgaza, la cantidad de células que contienen pigmento disminuye, ya que el colágeno que está en la dermis se va achicando y las fibras elásticas van disminuyendo su función.
La piel envejecida aparece, más pálida y traslúcida. Las manchas pigmentadas grandes, incluso las manchas por edad, hepáticas o lentigos, pueden aparecer en zonas expuestas al sol.
Las enfermedades más comunes de la piel en la tercera edad son:
Dermatitis.
Ocurre por entrar en contacto con sustancias irritantes contenidas en plantas, productos químicos de uso común, fibras sintéticas, metales de las joyas, así como por la acción de un medicamento o alimento.
Eccema.
Es un brote de ronchas rojas en diversas partes del cuerpo que genera comezón intensa, irritación, úlceras diminutas y descamación. Su aparición se relaciona con los efectos del sol, viento y miles de sustancias químicas que tienen contacto con la piel pero, sobre todo, en personas con piel seca.
Psoriasis.
Es una enfermedad crónica que se debe a la celeridad anormal con que se renuevan las células de la piel, cuya inmadurez para protegerla provoca engrosamiento, irritación y pequeñas escamas blancas.
Cómo cuidar tu piel:
· Higiene correcta diaria con agua tibia. Utilizando jabones inodoros, de Ph neutro como los de avena, ya que quitan menos la grasa de la piel.
· Secado correcto de la piel, sobre todo a nivel de los pliegues cutáneos, para evitar las maceraciones.
· Aplicar una loción hidratante
· Cuidado con los medicamentos o la exposición a sustancias químicas.
· Evitar ropas de lana o de poliéster que puedan ser irritantes.