Amanecer de buen ánimo no sólo reduce el estrés, sino que el cuerpo podría beneficiarse de ese optimismo reduciendo la susceptibilidad a nuevas enfermedades.
Está comprobado científicamente que los optimistas se recuperan mejor de operaciones clínicas del corazón, también tienen un mejor sistema inmunológico y viven más.
Fundamentalmente, si pensás positivo, estás autorizando a tu cuerpo para curarse a sí mismo.
Despertar de buen humor es un gran estímulo para empezar el día, parpadear te ayudará a despegar las pestañas y a hacer que tu cerebro se active, corré las cortinas y deja entrar la luz del día a tu habitación, un lugar oscuro sólo provoca más sueño, abrí las ventanas y disfrutá del aire fresco en tu rostro.
Amanecer con pensamientos positivos eleva los químicos del cerebro que producen bienestar, es como si hicieras una gran cantidad de ejercicio
Comenzar el día con un buen recuerdo te genera tranquilidad, la cual te permite controlar los niveles de presión de la sangre que el organismo necesita para su bienestar.
Activá tu cuerpo, ya sea que quieras quedarte un rato más en la cama o te prepares para levantarte, estírate y comienza a mover los músculos de tus piernas, brazos y cuello.
El pensamiento y la postura positiva te ayudan a acercarte a las personas y compartir buenos momentos, sonreirás y harás sonreír a otros.