Casa Central

Bvar. España 2526

2711 5210

Centro Ombú

Bvar. España 2583

2709 5210

Centro Buceo

Juan M. Espinosa 1369

2613 1808

Centro Harwood

Av. Almirante Harwood 6346 y 6350

2601 7563

Centro Prado

Av. Agraciada 3373

2300 0080

Miedos de la tercera edad

Mientras algunas personas asumen su vejez como la mejor época de su vida, ya sea porque tienen tiempo para sí mismo, su jubilación les permite hacer nuevas actividades y pueden ver la vida desde otro punto de vida, para otros, el miedo se agudiza con el pasar de los años, sobre todo cuando en la juventud no eran temerarios, aventureros y extrovertidos en su vida diaria.
Este sentimiento se relaciona también a la aparición de los trastornos médicos y problemas emocionales que pueden sufrir personas que pasan el umbral de los 60 años. La soledad y la muerte también suman inquietud al estado mental de un paciente, que empieza a presentar cuadros críticos de tristeza, baja autoestima y ansiedad.
El deterioro físico y psíquico genera malestar generalizado en el adulto mayor, que no puede evitar ni controlar estos cambios, ya que la extensión de la longevidad es inevitable.
La independencia y la actividad física constante ha sido el factor común de la juventud y de los adultos contemporáneos, pero al prescindir de estos atributos, incrementan sus miedos por tener que afrontar una realidad distinta a la que conocieron en todos sus años de vida.
El miedo está implícito en la demencia senil, una afección que puede arrebatarle sus recuerdos e incluso su personalidad; es por esto que en este proceso es indispensable la presencia y ayuda de la familia, para que estimule los recuerdos o no se agudice el sentimiento de ansiedad a causa de la soledad.
Las personas de avanzada edad pueden entrar en depresión tras la pérdida de sus facultades más importantes, como la visión, audición o limitaciones en la movilidad; En estos casos, el miedo recae en ese estado de cansancio y disminución del interés en la vida.
Para trabajar el autoestima de una persona con estas condiciones es necesario afianzar el apoyo familiar, y además se le debe demostrar que la vida no termina donde empiezan las dificultades. Es prioritario enseñarle que existen muchas actividades con las que puede trabajar pese a haber perdido alguna de sus facultades.
La clave es hacerlo sentir útil, en las medidas de su capacidades, para no perder la facultades de su juventud. Esto requiere de tiempo y paciencia, ya que la tolerancia de algunos adultos disminuye con el pasar de los años y se puede compaginar con un estado de mal humor perenne.
Más allá del reforzamiento de las aptitudes físicas, se debe trabajar con las capacidades mentales con las que aún cuenta, para recuperar empatía con aquellas actividades que no requieren fuerza, pero agudizan la mente.
Los miedos son procesos de defensas del cuerpo para mantener un estado de alerta, pero para un adulto mayor puede conllevar a un estado de agotamiento y depresión aguda, mezclado con paranoia o historia de conspiraciones, en especial cuando se refiera a las relaciones interpersonales.
La compañía y la actividad física son las curas más certeras para aquellos que han cambiado sus vidas a causa de la vejez. Dejar una rutina atrás, implica cambios significativos, pero no deben estar orientados a la negatividad, sino a una reinvención de proyectos e ilusiones que ofrezcan vitalidad.

Comentarios cerrados.

Envianos tu consulta

Podés utilizar este formulario para enviarnos tu consulta. Te responderemos lo antes posible.

Error: Formulario de contacto no encontrado.