Por Susan Krauss Whitbourne Psicóloga
Cuando se trata de envejecimiento y emociones, hay dos mitos comunes e igualmente inexactos. Por un lado está la opinión de que el envejecimiento trae consigo una segunda infancia y nos volvemos incapaces de controlar nuestras emociones. Por otra parte, estamos obligados a deprimirnos a medida que envejecemos porque la vida se convierte en un flujo constante de pérdidas que van de la jubilación a la viudez, y, en última instancia, nuestra propia mortalidad.
La verdad es que el envejecimiento trae consigo un mayor control de las emociones . En cuanto a la depresión, los adultos mayores más felices son los que mejor sobreviven hasta sus últimos años (Whitbourne y Whitbourne, 2014).
La vida se vuelve más complejo cuanto más viejo te vuelves. “No hay 100 por ciento de buenos tiempos y tampoco hay 100 por ciento de malos tiempos”. Podemos estar en el medio de una ocasión muy feliz cuando un pensamiento fugaz entra en la mente acerca de un problema o infelicidad . Por el contrario también, en medio de una desmoralización importante nos aparece la visión de una nieta adorable y puede estallar todo en la cabeza para poner otra perspectiva del problema.
La idea es que en nuestra vida emocional se vuelven cada vez más difíciles de categorizar estados como felices o tristes absolutos, es lo que se llama la Teoría de las Emociones diferenciales. De acuerdo con este punto de vista, más experiencias tenemos, más nuestros sentimientos ganan en complejidad y elaboración. Podemos vivir cómodamente en la zona gris que se encuentra en medio de pura felicidad y pura tristeza pura y tal vez incluso aprender a disfrutarla y apreciarla.
Esta idea fue puesta a prueba por la Universidad del Sur de California (2015), con encuestas representativas a nivel nacional de los individuos de 15 a 90 años para estudiar las diferencias de edad en una mezcla de emociones. El equipo de investigación pidió a los participantes a recordar los acontecimientos del día anterior y luego en evaluar tres de esos eventos en escalas que van desde la alegría a la tristeza.
Descubrieron un pequeño pero claramente discernible patrón con la edad. Cuanto mayor sea el participante, mayor será el respaldo de las declaraciones que reflejan una mezcla de emociones. En otras palabras, a medida que envejecemos, nos volvemos más propensos a ver los muchos ángulos disponibles para la interpretación de las experiencias de nuestra vida. Dicho de otra manera, el gris va desplazando al blanco y negro.
No hay razón, entonces, para preocuparse si tiene esos sentimientos en la que la alegría y la tristeza se entremezclan. Esto no significa que usted está más deprimido o pierda el control de sus emociones. Tome el orgullo en su capacidad para apreciar las sutilezas de su vida emocional, una sensación que sólo debe añadir a su felicidad y satisfacción.
Referencias:
- Schneider, S. y piedra, AA (2015). Emociones encontradas en todo el período de vida de adultos en los Estados Unidos. Psicología y Envejecimiento,
- Whitbourne, SK & Whitbourne, SB (2014) Desarrollo de Adultos y Adultos Mayores:. Perspectivas biopsicosociales (5ª Ed.),